La tercera mesa redonda del Aerospace Thermoplastics International Summit, organizada por Fidamc, abordó uno de los temas más cruciales para el futuro de la aviación sostenible: cómo llevar los materiales termoplásticos desde el laboratorio hasta la fábrica. Bajo el título ‘Desafíos de la industrialización de los materiales termoplásticos’, el debate fue moderado por Sofía Delgado, Directora de Programas Aeronáuticos en Fidamc, y contó con la participación de Enrique Sánchez (Aernnova Composites), Raúl Arranz (Aciturri) y Salvador Romero (Fokker).
Sofía Delgado abrió la sesión subrayando que los tres ponentes fueron elegidos por su visión complementaria: “Son las personas que hacen que la industrialización suceda”. A partir de ahí, la conversación exploró tanto los retos técnicos como las estrategias necesarias para escalar la producción de componentes termoplásticos en un entorno industrial real.
El primero en intervenir fue Salvador Romero, quien ofreció una reflexión sobre los requisitos técnicos de la industrialización. Según él, los desafíos dependen del contexto: “Es difícil definir desafíos generales; depende de la tecnología, de la aplicación y del mercado”. Romero destacó que los materiales termoplásticos de altas prestaciones ya pueden igualar el rendimiento mecánico de otras tecnologías, pero la clave está en desarrollar procesos robustos, repetibles y controlados.
Entre los principales retos, apuntó la necesidad de sistemas de control de procesos sólidos y trazables, así como la definición de aplicaciones específicas donde el uso de termoplásticos tenga sentido técnico y económico. Además, remarcó un cambio de mentalidad en toda la industria: “Si queremos movernos a los termoplásticos, no es un cambio ligero, es un cambio fundamental; necesitamos reeducar a la industria”.
Desde la perspectiva de Aernnova, Enrique Sánchez puso el acento en evaluar la madurez y el potencial de cada tecnología. “Debemos diferenciar entre la madurez actual y la potencia futura”, afirmó. Subrayó el interés en procesos como la formación y la consolidación in situ, aunque reconoció limitaciones de productividad y coste. También apuntó a la necesidad de inversiones inteligentes y colaboración con centros tecnológicos para acelerar la madurez de las soluciones: “Para nosotros no es fácil evaluar el nivel de madurez; por eso necesitamos los centros de tecnología y la exposición”.
Sánchez destacó asimismo el papel de la automatización y las herramientas de consolidación compacta como factores clave para alcanzar la eficiencia industrial y acercar el termoplástico al nivel de sofisticación del termoestable.
Por su parte, Raúl Arranz compartió la experiencia práctica de Aciturri en la adopción de estas tecnologías. Recordó que “pensábamos que la madurez tecnológica era mayor, pero la realidad fue diferente”. Explicó que la empresa lleva años experimentando con procesos como el estampado, la consolidación in situ y la deposición rápida, con el objetivo de comprender sus limitaciones reales antes de implementarlos industrialmente. “El punto principal ahora es entender y conocer la tecnología lo mejor que podamos”, concluyó.
La moderadora cerró la mesa recordando que la industrialización de los termoplásticos no consiste solo en desarrollar nuevos procesos, sino en hacerlos robustos, repetibles y listos para una producción real. Un consenso compartido por todos los ponentes fue que la colaboración entre industria, centros tecnológicos y OEMs será esencial para reducir costes, mitigar riesgos y acelerar la adopción de estos materiales en las aeronaves del futuro.

